Excursión a Segóbriga y Valeria

El día 16/10/2010 a las 09:45 llegamos los ocho excursionistas a nuestro punto de encuentro: El Centro Comercial La Gavia de Vallecas. Nos hemos dividido en dos coches (Juani, Marino, Mónica A. y María - Jose, Flor, Mónica C. y Azu) rumbo a la provincia de Cuenca.
Hemos llegado a las 10:50 al precioso pueblo de Segóbriga; importante yacimiento romano, justo cuando faltaban diez minutos para que comenzase la visita guiada, dato que desconocíamos y que se convirtió en una grata sorpresa.
La Guía ha sido amena y simpática, sabía explicar el recorrido conectando con el numeroso público. Quedamos muy contentos con ella.
Merece la pena visitar este parque arqueológico romano por el módico precio de cuatro euros.
Sobre las 14:30 hemos comido en Valverde del Júcar unas estupendas tapitas bañadas con un tinto o cervecita.
Por la tarde visitamos otro pueblo con abundantes restos de construcciones romanas: Valeria. El entorno natural en el que se asienta es una auténtica joya, por lo que hemos disfrutado de un relajante paseo por la Hoz del río gritos mientras contemplábamos las ruinas y asimismo a algún que otro escalador subiendo por sus gargantas.
Un último refresco y de vuelta a casa con un "hasta la próxima". Que sea pronto.

Me río, te ríes, nos reímos

"El mundo es una mierda" no paro de oir por doquier, yo misma lo pienso, hay demasiadas cosas que pasan o pueden pasar que ponen los pelos de punta hasta al más fuerte.

Pero no me quedo sólo con esa frase. Si "el mundo es una mierda" ¿Algo habrá que hacer antes que morirse de asco, no? ¡Leche, que no somos meros espectadores viéndolas venir!

Admiro a personas como el médico Patch Adams (a quien dió vida en el cine Robin Williams), alguien que se hundió en un profundo dolor tras la muerte de un familiar a quien adoraba, pero recapacitó y prefirió no ser esclavo del sufrimiento y de los antidepresivos, dejó de pensar en sí mismo y se centró en mejorar un poco el entorno aprendiendo a reírse de todo y haciendo disfrutar a los demás.

Pasemos pues al lado activo, riámonos de nuestra propia sombra, no nos tomemos tan en serio, saquemos lo mejor que podamos de nosotros, aprendamos a disfrutar de una película, de un concierto, de un libro, una meditación, de las personas...De lo que sea (la felicidad está en el interior, siempre se ha dicho). Transmitamos luego ese buen rollito a nuestro alrededor. Siempre he pensado que no hay nadie más generoso que una persona divertida que sabe saltar por encima de las sombras y contagiar su entusiasmo.

Que nos tachan de tontos...Para mí tonto es el que no sabe vivir alegre, siempre sumido en la desolación y la tristeza, sufriendo hasta por lo que aún no ha llegado...¡Qué son cuatro días! ¡Despierta!

Chema Madoz: Poesía visual

Estoy haciendo un curso de fotografía, llevo muy poco pero de momento me está apasionando. A ver si de ésta consigo aprender a hacer buenas tomas.
El lunes la profe; Rebeca, nos puso fotos de artistas de renombre y me quedé cautivada por ejemplo con Chema Madoz, madrileño nacido en 1958 y ganador en el año 2000 del premio nacional de fotografía.
Dominando la técnica va más allá y hace hablar a sus imágenes como poemas visuales de verso libre. Por ejemplo esta foto sólo cuenta con una escalera, un espejo y la pared.

Una escalera que parece conducir al otro lado del espejo, cuan "Alicia en el país de las Maravillas". O, en la fotografía de abajo, una cerilla que simula estar permanentemente encendida en una madera seca, llama imaginaria que no cesa.

La Virgen del Camino 1977

La Virgen del Camino (León) fue el pueblo en el que viví una infancia maravillosa. Jugando en la calle con mis hermanos y amigas como las de la foto -Soraya y las hermanas Angelita, Piluca y Matilde (¿Calvo?)-. Sin olvidar a Mari Paz, Yolanda, Chema, Andrés, Rocío, Aurelio...
Muchas anécdotas como la vez que de tanto entrar y salir, se cayó literalmente la puerta de casa y tuvieron que venir a atornillarla. O las clases de Doña Isabel, que era la Maestra del pueblo; era muy buena mujer y enseñaba con mucha paciencia, seguro que todos los que vivieron allí su infancia la recordarán con cariño. Mi padre silbando para que dejásemos de jugar y fuésemos a dormir, su silbido era inconfundible aunque estuvieses en la otra punta.
Los niños no nos aburríamos porque todo el día había diversión y entretenimiento, no existían las preocupaciones, ni el tiempo, sólo el presente disfrutado al máximo.
Creo que es muy importante tener una niñez feliz porque, en los momentos duros de la vida, tienes un fondo de alegría que tarde o temprano volverá a salir al exterior, es cuestión de tiempo. Sin duda en esto he sido muy afortunada.

El beso

La noche oculta

mi cuerpo

sólo soy yo

un alma

etéreo

sin materia

un sentimiento

sin palabras

sólo silencio.

Un frágil

soplo de viento

que se eleva

sin temor

a nada

extendiendo

en el cielo

tu nombre.

Un sueño

de amor

sin tiempo

y sin lugar.

Un universo

infinitesimal

que te envío

en este beso.

(1993)