lunes, 26 de diciembre de 2011

Feliz Navidad y Próspero 2012

El tema de las felicitaciones navideñas ha variado bastante en los últimos tiempos; por lo menos esa es mi experiencia. En 2011 he recibido alguna llamada, poquitas postales, algún sms y sobre todo “FELIZ NAVIDAD” vía email o redes sociales. Los que tienen móviles con conexión a internet, al parecer han recibido muchas felicitaciones a través de la aplicación Whasap; que se está poniendo tan de moda que ha forzado a muchas compañías a ofrecer gratis los sms si contratas sus tarifas.
Aún recuerdo las navidades anteriores a 1998; que es cuando comencé a usar internet y compré además mi primer móvil, por aquel entonces recibía y enviaba bastantes postales por Navidad, cosa que me encantaba y de las que sigo disfrutando muchísimo. Poquito a poco han ido transformándose nuestros hábitos.
Respecto a las redes sociales, la parte positiva que le veo, es que me han permitido retomar el contacto con familiares y antiguos compañeros de estudios que, debido a la distancia física o por circunstancias de la vida, llevaba tiempo sin saber apenas de ellos. Si presto atención a lo que van “colgando”, les voy conociendo un poco mejor: gustos, ideas, viajes…Incluso les felicito por su cumpleaños y ellos a mí también. Sinceramente me parece muy positivo.
Habrá quien diga que es frío o incluso falso e impersonal o que se mantiene el contacto con los que están en tu presente y punto. En mi opinión, conforme la vida va trascurriendo, lo habitual es que la gente se empareje o por el motivo que sea se pierda bastantes veces el contacto y tener esa pequeña conexión, aunque sea en el ciberespacio, me alegra bastante. Distinto sería que nuestra vida girase sólo entorno a esto, porque entonces sería una existencia muy triste. Cada cosa tiene su utilidad y no se le deben pedir peras al olmo.
Es toda una paradoja la comunicación, que si se usa mal, te acerca al que está lejos y te aleja del que está cerca, como quienes por ejemplo comen con una cuchara en una mano y el móvil prácticamente en la otra, les hablas pero no te hacen ni caso, porque están a lo suyo; cuanto más joven más tendencia en general, pero digo yo que ya se les pasará la euforia por la novedad y todo volverá a ocupar su sitio, tiempo al tiempo.
Os deseo Feliz Navidad y un Próspero 2012.

jueves, 22 de diciembre de 2011

El Camino



De repente ocurrieron una serie de sucesos y sentí como si “golpeasen” la visión que tenía del mundo hasta entonces. Lo que antes me parecía claro y aceptaba sin más, ahora era valorado y cuestionado. Empezó a entrarme una gran desazón interna “¿y si he estado equivocada todo este tiempo?”, pero a la vez razonaba “si veía las cosas hasta ahora de esta forma, qué le voy a hacer, supongo que todo tiene su momento”.
Me di cuenta de que no respetaba mis propios derechos, que iba por la vida siguiendo constantemente a los demás, hasta tal extremo de desconocer ni dónde estaba ni hacia dónde iba. Observé asimismo lo fácil y cómodo que es dejarse llevar y lo complicado de encontrar de nuevo el propio camino; no sabiendo en que recoveco fue abandonado.
Muchas personas no entendieron mi comportamiento. Pero no podía ocupar el sitio de antes, ni aunque quisiera, porque ya no era la misma persona, con lo cual la etiqueta que otros me habían puesto caía al suelo al no identificar a nadie. Incluso entendí por primera vez a todas esas personas de mi pasado que se alejaron y que en su momento me dejaron bastante descolocada y sentí brevemente una identificación con ellas.
Comencé a transitar bastante a oscuras y con tropiezos, comprobando que hay personas de gran generosidad que, haga lo que haga, me van a querer y respetar siempre, lo que me animó muchísimo. Es la gente de la que quiero rodearme en lo posible a partir de ahora, porque no esperan que cubra ningún hueco de sus vidas, sino que saben completarse por sí mismas y vivir sin aplastar a nadie, como deseo también hacer yo misma.
He decidido no juzgar en lo posible, porque si esto me ha ocurrido a mí le puede pasar a cualquiera. Cada uno ve el mundo a su manera y sigue su propio proceso, no veo por lo tanto correcto forzar a otros a ver la vida de modo distinto al que la ven en cada momento. Si algo no me gusta simplemente me apartaré y viviré dejando vivir a un tiempo, porque nadie tiene más razones que nadie, ¡qué sabré yo si un suceso en apariencia negativo no será una piedra necesaria que debe permanecer justo donde está, en esa parte del camino!
Sólo sé que no sé nada.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Avaricia - Codicia

Avaricia y codicia son dos términos diferentes. Lo que los distingue sobre todo es que el avaricioso es el que posee y no quiere perder sus posesiones y el codicioso el que simplemente desea poseer sin límites.
A mí me resultan muy curiosas los avariciosos que teniendo muchísimo dinero son capaces de los mayores sacrificios personales por no gastarlo y pienso que el día que mueran van a hacer felices a muchos herederos. Creo que la avaricia enturbia la mente o es enfermiza porque la incapacidad de disfrutar del aquí y ahora pudiendo hacerlo, es un sinsentido. No obstante, salvo que dependas económicamente de alguien así, es un problema personal que afecta sobre todo al que lo padece.
Al codicioso le veo bastante relacionado con el envidioso, porque todo lo que ve lo quiere para sí y eso es muy peligroso. La codicia es el origen de muchos de los grandes desastres de la humanidad porque nunca hay bastante, no se respeta lo ajeno ni se ven los límites, aquí aparece el “todo vale” y sin pensar en nada ni nadie la tendencia es arramblar con todo.
Creo que vivimos tiempos en que unos cuantos codiciosos nos están fastidiando bien al resto, de vez en cuando sale alguno en las noticias, pero mi pregunta como la de mucha gente es: ¿por qué no se pone más interés para que no ocurran estas cosas y de paso se les obliga a que devuelvan lo sustraído?Vivimos con una élite llena de malos ejemplos, por no utilizar palabras más fuertes y lo habitual es que no les pase nada, así que al final no me extraña que muchos se sientan tontos haciendo lo que deben y se tornen en lo que ven, porque luego encima a la hora de pedir responsabilidades al que más exigen es al que parece hacer mejor las cosas porque el otro vete tú a saber “ande andará”.
Uno de mis mayores deseos es que esto vaya mejorando poco a poco, que exista una mayor conciencia social resultado del propio cambio individual y que nadie perdamos la esperanza de que otro mundo mejor es posible.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Soberbia

El soberbio te suele mirar por encima del hombro, como si estuviera subido a un escalón mientras te habla y en vez de sugerir ordena con frases tan maravillosas como “me he enterado que ha fallecido XXXXX, vete a dar el pésame de mi parte y les dices a todos que les echo mucho de menos”. Yo antes me callaba e incluso lo hacía sin rechistar, no sé exactamente si por educación o porque me daba lo mismo, pero actualmente respondo con un “lo que acabas de decir no me parece lo más correcto, vete tú o si no puedes llamas por teléfono para que sepan lo mucho que ciertamente les echas de menos”.
Otra solución sería el por un oído me entra y por otro me sale, o también conocida como a palabras necias oidos sordos, pero yo suelo preferir dejar las cosas claras.
Si es que la vida me ha enseñado que no hay peor cosa como que alguien te coja tanta confianza que crea que estás a su disposición y por supuesto sin un “por favor”. Y esto no es sólo por lo de que “la confianza da asco”, pues a mí al menos me ocurre que es capaz de decirme frasecitas del estilo personas que hace años que no veo, es simplemente porque confunden que seas alguien pacífico con que eres manejable. Yo como considero que todos los seres humanos somos iguales, no me gusta que me traten ni a mí ni a nadie así… ¡Señores, que la esclavitud se abolió hace años y el que quiera peces que se moje el culo!
En mi opinión no hay mayor virtud que la prudencia al tratar con los demás; sobre todo si no se les conoce a fondo y el respeto es algo que nunca debería perderse en las relaciones porque no suele haber vuelta atrás cuando se traspasan ciertos límites. Y como siempre aclaro que por supuesto también tengo lo mío, faltaría más. No merece la pena darle más vueltas sino exclamar un “¡pasando!” como diría Bruno.

sábado, 10 de diciembre de 2011

La piel que habita Caperucita

Después de ver la última película de Almodóvar La piel que habito aún sigo pensando ¿qué he visto exactamente? Y mi conclusión ha sido la siguiente: El cuento de Caperucita roja en versión almodoriana.

(Aviso que está plagadito de spoiler, mejor no leer mi opinión si no la has visto).
Desde luego que el personaje del tigre se lo podía haber ahorrado porque es de lo más ridículo que he visto en mucho tiempo, pero según he leído en la web de La Piel que habito tiene su porqué, al parecer es una referencia a unas notas de Elías Canetti sobre "El enemigo de la muerte": "el ininterrumpido ir y venir del tigre ante los barrotes de su jaula para que no se le escape el único y brevísimo instante de la salvación". Pues digo yo que si el tema era tan profundo que podía haber puesto al tigre directamente y no a semejante especimen…¡Madre mía qué disfraz tan cutre y encima qué tipo más asqueroso!
El lobo doctor Robert (Antonio Banderas) le coge ojeriza al pobre Caperucito Vicente (Jan Cornet), porque se supone que ha violado a su niña Norma (Blanca Suárez), con las consecuencias que ello conlleva y decide vengarse, más bien ensañarse. Pero yo pienso que la niña ya estaba mal en sí misma, no siendo de extrañar no sólo por la genética sino por los personajes que tenía que tratar en el día a día en su casa. Cualquiera no hubiese acabado parecido, yo es que andaría escondida no fuese a ser que a mi padre le diese por retocarme la nariz mientras dormía o vete a saber tú el qué o que sorprendiese una noche al amante de mi madre intentando el salto del tigre. Y por supuesto no olvidemos que la muchacha presenció el lanzamiento por la ventana de su progenitora, por si no tenía ya bastante la pobre.
El caso es que el lobazo cirujano Robert se lleva a Caperucito a su “choza” y allí con la abuelita Marilia (Marisa Paredes) de cómplice, martiriza hasta tal punto al pobre chaval, que no es que se lo coma pero de él queda invariable lo mismo que cuando te zampas algo: Los huesos.
Caperucito se transforma en Caperucita Vera Cruz (Elena Anaya), la doble de la mujer fallecida del doctor, en recuerdo lo de Cruz supongo que a Penélope o al estado mexicano al unirlo con el nombre. Vicente-Vera aprende por el camino y practicando yoga que no somos el cuerpo sino que hay algo dentro de cada uno de nosotros, inaccesible para el resto, inviolable y donde uno puede obtener refugio y la fuerza necesaria para poder con todo lo que te echen y más. Este punto reconozco que es el que más me ha gustado del film.
Como en el cuento, también hay tiros y muertos al final y Caperucita Vera consigue escapar y volver a su casa sana y salva, aunque en este caso bastante irreconocible y la abuelita no corre la misma suerte.
Lo más curioso de este argumento kafkiano es que el doctor Robert creía que se estaba vengando del sufrido Vicente-Vera, cuando a mi entender le hizo el favor de su vida, porque para mí que el chaval no lo tenía aún muy claro, pues aunque le gustaban las mujeres, era más como si él fuese también una mujer (en varios momentos se hace referencia a su gran lado femenino), creo que era cuestión de tiempo que Vicente hubiese abandonado el pueblo y se plantease que algo había ahí. L
a chica de la tienda que tanto le gustaba a Vicente, pero que era lesbiana, cuando le ve convertido en Elena Anaya se le nota así como un destellazo en la mirada ¡Fíjate tú qué suerte que alguien que está enamorado de ti regrese en plan sex-symbol! Conclusión: Aunque no salga porque es el final del film, fijo que se liaron y todos felices y comiendo perdices.
Por cierto que el colectivo de transexuales he leído que está que trina con esta peli, donde la transexualidad es tratada como una vulgar venganza y de un modo muy teatrero. Estoy de acuerdo.
¡Anda qué!, Pedro esta vez te has superado, no sé yo de dónde se puede sacar uno un argumento tan enrevesado, ¡ah, sí! de la novela "Tarántula", del francés Therry Jonquet, tendré que leérmela a ver si entiendo mejor la trastienda de los personajes, que hay mucha.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Estupenda Web Arte Románico

Si te gusta el arte y en concreto el románico, Antonio García Omedes, aragonés de Ainzón (Huesca), de profesión cirujano, ha hecho en sus ratos libres una completísima página web, con más de doce millones de visitas, compendio de mucho esfuerzo y su gran pasión por el arte y la fotografía.
Aquí os dejo el enlace: ARQUIVOLTAS
Ciertamente internet está lleno de gente generosa que abre caminos para que otros podamos seguirlos y disfrutarlos. Gracias Antonio.

martes, 6 de diciembre de 2011

25 grados en invierno

Si tengo una cualidad o defecto, que no tengo muy claro qué es; lo dejaré en ambas cosas, es que si me propongo una cosa, salvo que vea que puedo perjudicar a alguien o que a veces tristemente la mejor solución es no hacer nada, no me suelo dar por vencida con facilidad, me gustan los retos.
El caso es que andaba como loca buscando la película belga “25 degrés en hiver” (25 grados en invierno), con subtítulos en castellano.
Creí encontrarla en EBAY, a muy buen precio por cierto, pero estaba en versión original con subtítulos en francés y holandés. Ya hasta me había planteado traducir, con la revisión de alguien más cualificado, los subtítulos del francés al castellano y aprender a incrustarlos, cuando la estuve viendo y me percaté de que sólo salían subtítulos cuando hablaban en otra lengua diferente a la francesa y claro yo de francés escrito aún, pero hablado...Y eso que a los belgas me resulta mucho más fácil entenderles, cosa que siempre me ha chocado.
¡Qué disgusto! (Como dice un amigo mío “si para ti eso es un disgusto, te debe ir bastante bien la vida”).
El caso es que había buscado por todos lados y nada, nada…Y al final se me ha ocurrido entrar en la página del Catálogo de libros y materiales varios de las Bibliotecas de la Comunidad de Madrid ¡Tachán, ahí estaba! y al ladito de casa. Como en la vida misma a veces la solución a un problema está más cerca de lo que parece.

¡Vivan las Bibliotecas!