
Te recomiendo esta preciosa película, que es a un tiempo comedia y drama, para ver en V.O. si la quieres disfrutar más y sobre todo si eres un apasionado del compositor ruso Tchaikovsky.
Me ha hecho recordar una poesía que escribí allá por el año 1988 dedicada a la música:
Frágil como
un jarrón
de cristal
deslizándose
entre las garras
de una sílfide.
Pequeña batuta,
diosa de la
orquesta,
un simple
reclinar
del puño
que te protege
y ya todo
el silencio
que me mataba
se convierte
en música.
Eterna sinfonía
que escuchada
una sola vez
es incesante,
no necesitaré
ya jamás
preguntarme
qué es el arte.
(1988)
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