martes, 6 de abril de 2010

Nunca es tarde

Habitante invisible de un universo lleno de variables, observas detenidamente a los transeúntes dirigiéndose hacia diferentes lugares.
Tú, cuan vagabundo, aún desconoces hacia dónde vas, nadie te espera tampoco, pero al menos parece que al fin has comprendido que tus huellas deben ser propias y no las de quien sí parece tener claro su destino.
Es horrible descubrir que seguir a otros puede suponer volverse invisible y ser atropellado si estos deciden dar la vuelta. Nadie te veía, incluso dudas si tú mismo existías hasta entonces.
No quiero que me sigan a mí tampoco, ahora que conozco el riesgo que supone. Todos debemos encontrar un espacio y andar a nuestro ritmo sin dejarnos llevar más de lo imprescindible. A veces nos cruzaremos con otros caminantes, pero cada cual en su ruta, intercambiando momentos inolvidables.
Me hubiese gustado saber esto antes, pero me consuelo con el “nunca es tarde”.

No hay comentarios: