jueves, 22 de diciembre de 2011

El Camino



De repente ocurrieron una serie de sucesos y sentí como si “golpeasen” la visión que tenía del mundo hasta entonces. Lo que antes me parecía claro y aceptaba sin más, ahora era valorado y cuestionado. Empezó a entrarme una gran desazón interna “¿y si he estado equivocada todo este tiempo?”, pero a la vez razonaba “si veía las cosas hasta ahora de esta forma, qué le voy a hacer, supongo que todo tiene su momento”.
Me di cuenta de que no respetaba mis propios derechos, que iba por la vida siguiendo constantemente a los demás, hasta tal extremo de desconocer ni dónde estaba ni hacia dónde iba. Observé asimismo lo fácil y cómodo que es dejarse llevar y lo complicado de encontrar de nuevo el propio camino; no sabiendo en que recoveco fue abandonado.
Muchas personas no entendieron mi comportamiento. Pero no podía ocupar el sitio de antes, ni aunque quisiera, porque ya no era la misma persona, con lo cual la etiqueta que otros me habían puesto caía al suelo al no identificar a nadie. Incluso entendí por primera vez a todas esas personas de mi pasado que se alejaron y que en su momento me dejaron bastante descolocada y sentí brevemente una identificación con ellas.
Comencé a transitar bastante a oscuras y con tropiezos, comprobando que hay personas de gran generosidad que, haga lo que haga, me van a querer y respetar siempre, lo que me animó muchísimo. Es la gente de la que quiero rodearme en lo posible a partir de ahora, porque no esperan que cubra ningún hueco de sus vidas, sino que saben completarse por sí mismas y vivir sin aplastar a nadie, como deseo también hacer yo misma.
He decidido no juzgar en lo posible, porque si esto me ha ocurrido a mí le puede pasar a cualquiera. Cada uno ve el mundo a su manera y sigue su propio proceso, no veo por lo tanto correcto forzar a otros a ver la vida de modo distinto al que la ven en cada momento. Si algo no me gusta simplemente me apartaré y viviré dejando vivir a un tiempo, porque nadie tiene más razones que nadie, ¡qué sabré yo si un suceso en apariencia negativo no será una piedra necesaria que debe permanecer justo donde está, en esa parte del camino!
Sólo sé que no sé nada.

7 comentarios:

Homet-pab dijo...

Un relato lleno de sabiduría, de aceptación, y de respeto. Respeto por los otros, por uno mismo, pero sobre todo por el fluir Natural de la vida y sus circunstancias. El cual entrega al caminante la paz necesaria no solo para comprender lo andado, sino para seguir avanzando.

Un relato que en el nucleo de su esencia más íntima, desprende una concepción del universo en orden y armonía. El cual, por supuesto, tiene relación directa con la naturaleza de quien lo ha escrito.

¡Hermoso, gracias Zuce!

Interruptor dijo...

Gracias Pablo, viniendo de ti es todo un piropazo.
Feliz Navidad

Anónimo dijo...

Cuesta trabajo intentar cambiar, y, sobretodo encontrarse a sí mismo. Ánimo aunque algunos nos hemos quedado a la mitad del camino, pero lo importante eres tú y que llegues a estar satisfecha contigo misma. Suerte

Anónimo dijo...

Suerte en tu camino. Es tan difícil encontrar la paz interior, muchos lo intentamos pero nos quedamos a la mitad. Sólo desde el respeto a tí misma y a los demás serás feliz.

Interruptor dijo...

Anónimo gracias por tus buenos deseos, aunque no es intentar cambiar a lo que me refería en el texto, sino a hacerte consciente de que ya has cambiado y no eres la misma persona, entonces si eres sincero contigo mismo la única opción posible es seguir hacia delante.
Es como la madurez por ejemplo, no se puede ver la vida igual que antes porque has crecido y razonas de otra forma. Todo sigue siendo igual pero tú ahora lo ves diferente, lo comprendes mejor, quizás vez más matices.
Saludos
Saludos

Anónimo dijo...

En tu caso si has alcanzado esa meta en tu camino te iras poniendo otras y te da serenidad así como respeto y paz. Me alegro mucho te lo mereces. La mayoría de nosotros no alcanzamos esa meta así que no nos podemos poner otra. Me alegro por tí. Gracias por todo.

Interruptor dijo...

Anónimo:
No he alcanzado ninguna meta, no se trata de metas ni de lograr nada, estoy hablando de aceptación, aceptar lo que hay en el camino, lo que la vida te ofrece.
No sé de que meta estás hablando tú, pero espero que si es tan importante la consigas o sino que igualmente seas feliz. La felicidad es una actitud interna.