viernes, 25 de noviembre de 2011

Sobre la fábula rana y escorpión

Maruca: ¿Conoces la fábula de la rana y el escorpión?
Alba: Sí, un escorpión que quería cruzar al otro lado de un río pero no sabía nadar y una rana que sí sabía pero que conociendo que los escorpiones pican a la mínima no quería correr el riesgo de que, llevándole a su espalda, a mitad de trayecto la picase y muriese. Mas el escorpión la convence de que no es tan tonto como para hacerlo puesto que lógicamente morirían ambos, la rana se lo cree y bueno…En mitad del río el escorpión va y la pica…Y luego dice algo así como “lo siento, no he podido evitarlo”.
Maruca: ¿Y qué opinas? ¿De quién es la culpa, del escorpión o de la rana?
Alba: De ambos y a la vez de ninguno. Además ese término de culpa no me gusta, yo hablaría más bien de responsabilidad.
Maruca: ¡Anda, me has dejado de piedra! ¡Esa respuesta sí que no me la esperaba! Normalmente la gente se identifica con uno de los personajes y se pone a despotricar del otro.
Alba: Para mí la responsabilidad de lo ocurrido es por la ignorancia acerca de nuestra propia naturaleza. Si pienso bien del escorpión; puesto que nada en la historia te dice que pienses mal, concluiría que el escorpión miente, pero porque no sabe que tiene una naturaleza que por la razón que sea le hace sacar su veneno incluso contra sí mismo. Por tanto si conociese su naturaleza no prometería tan alegremente a la rana que no la iba a picar.
Maruca: Demasiado bien piensas del escorpión. Y la rana, ¿qué opinas de ella?
Alba: La rana tiene que unir a esa naturaleza servicial que no puede evitar un poquito de discernimiento. No se puede ser tan crédulo cuando estás arriesgando algo tan serio como es tu propia vida, hay que quererse más a uno mismo y protegerse un poquito, sobre todo cuando ya sabes lo que le gusta hacer “putadicas” a un escorpión, que hay bastantes antecedentes.
Maruca: Pero yo a favor de la rana diría que el razonamiento de que si el escorpión la inyectaba veneno morirían ambos, es como para creérselo, seguramente la rana no pensó en que el escorpión iba a cometer semejante estupidez, lo tenía por más listo.
Alba: La naturaleza, nuestros instintos, muchas veces ciegan cualquier razonamiento. Para mí la moraleja de esta fábula es que jamás nadie debe llevar sobre su espalda el peso de otra persona, porque eso significa que estás dejando que te parasiten y no son relaciones sanas por mucho escorpión o rana que seas; o ambas cosas según las circunstancias. Si tú sabes cruzar un río eso es estupendo, si otro para hacerlo necesita subirse en tu chepa, mal vamos, mejor o le enseñas a nadar o a construir una barca o simplemente te vas y punto.
Maruca: ¿Y no te sentirías culpable si te vas y dejas ahí al escorpión sin ayudarle?
Alba: Se puede ayudar hasta cierto límite; sin ponerse uno mismo en peligro, es de cajón, además eso de la culpa lo usa mucha gente para manipularte en la sombra, nadie es responsable de la felicidad última de nadie, piénsalo bien, ¿le pediría una rana eso alguna vez a un escorpión? ¡Que no te tomen el pelo!
Maruca: Visto así igual hasta le hacía un favor la rana al escorpión y todo, para que este si quiere aprendiese a solucionarse los problemas por sí mismo y no dedicarse a buscar ranas crédulas e ignorantes. Lo que pasa que es una visión demasiado idealista...
Alba: Siempre que haya ranas capaces de aceptar algo así, habrá escorpiones intentando obtener un provecho ¡Ojalá espabilasen las ranas porque entonces no tendrían nada que hacer los escorpiones! Pero normalmente cuando espabila una, se van corriendo a por otra ranita manejable, aunque prefiero pensar que algún escorpión ha sido capaz de aprender a nadar, soñar es gratis.

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