lunes, 20 de junio de 2011

Sin razón

Nicolás: No entiendo a quienes nunca piden perdón o al menos se disculpan.
Estela: Será porque no ven o no quieren ver sus errores, son “perfectos”.
Nicolás: Pero es que encima afirman que eres tú el que ha fallado.
Estela: Lógicamente si algo no lo quieren ver, lo proyectarán en otros.
Nicolás: Pedazo autoestima tienen.
Estela: ¿Autoestima? Yo diría lo contrario, ocultan su debilidad porque si no metes nunca la pata eso como que te hace sentir muy seguro.
Nicolás: Pues a mí me ponen muy nervioso porque no hay con quien razonar, tú les dices lo que piensas que ha ocurrido y al final, no falla, nunca te dan la razón y encima te insultan.
Estela: Pues ya sabes lo que tienes que hacer.
Nicolás: ¿Qué?
Estela: No razonar con quien no quiere razonar, eso es como darse cabezazos contra la pared, no va a haber nunca una conversación, tienen que darse cuenta por sí mismos, si les interesa.
Nicolás: Vale, pues procuraré hacerlo, si es que puedo.
Estela: Además ¿por qué te das tanto mal? ¿por qué das tanta importancia a las opiniones ajenas? Si alguien está convencido de algo déjale en su mundo, tú a lo tuyo, nadie tiene por qué llevar la razón, respétale, no te involucres, simplemente son dos puntos de vista diferentes.
Nicolás: Pero me enciendo, me cabreo, no puedo evitar saltar cuando estoy seguro de lo que afirmo y me lo niegan en la cara.
Estela: Como se nota que no tienes hijos…Porque ahí verás que tú percibes el futuro golpetazo por propia experiencia, pero tienes que dejar que se lo den para que aprendan.
Nicolás: Sin duda no tengo madera de padre porque no conseguiría estar impasible sabiendo que alguien se la va a pegar y yo puedo evitarlo.
Estela: Pero es que no puedes evitarlo ¿no te das cuenta? ¿no ves que percibís las cosas desde distintos ángulos? Tú a lo tuyo y no te metas donde no te llaman porque sin ánimo de faltar, eso es hacer el tonto y encima de gratis.
Nicolás: ¿Sí? Bueno pues me relajaré un poco y a otra cosa mariposa.

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