lunes, 3 de enero de 2011

Pasados por agua

LUIS: -Cuando uno es un “pringao”, es muy difícil dejar de serlo.
MANUEL: -Cierto, cierto.
LUIS: -En navidad alguien viene a casa y siempre soy yo quien cede su habitación, se da por hecho, al salón que me voy tan contento. Y lo peor es que si no lo hago no me siento bien del todo.
MANUEL: -O sea que te reconoces tonto.
LUIS: - Si, en cierta forma y te cuento lo que me pasó esta última vez. Cogí un vaso que tenía una fisura no visible a simple vista y lo llené de agua por si tenía sed por la noche, lo coloqué junto a una repisa con libros, que por supuesto no eran míos (los míos están en mi cuarto) y me fui a dormir. Y quien iba a imaginar que el agua mojaría siete volúmenes.
MANUEL: -No me cuentes más, que la bronca sí que fue para ti.
LUIS: -Por supuesto, me sentí fatal, porque si hubiesen sido mis libros a mí me da igual, yo no le tengo apego a casi nada, los recupero si es posible o se van a la papelera y punto.
MANUEL: -Pienso que encima que tú cedes tu cama, esa bronca sobraba.
LUIS: -Y no sólo es aquí, es en el trabajo, es en todas partes, al final te das cuenta que si te ofreces demasiado te puedes meter en un montón de marrones sin comerlo ni beberlo y además me siento un inútil de tomo y lomo cuando pasan cosas como éstas. Recuerdo también la ocasión en que me cargué dos preciosas plantas de un amigo que me dejó encargado de su riego, pero me pasé con el agua.
MANUEL: -Está claro que tú y el agua no os lleváis muy bien je, je. Tómatelo a risa, más te vale, no te des tanto mal, hombre, que nadie somos perfectos y todos cometemos errores. Tienes otras cualidades, todas ellas en secano...
LUIS: -Supongo, pero es que me sale espontáneo ofrecerme, sin más, sepa o no sepa hacerlo.
MANUEL: En el mundo alrevés en el que vivimos, hacer bien las cosas muchas veces es dejar que cada uno haga lo suyo. Por ejemplo si fueses tú al salón sólo cuando te toque por turno, pues eso que te ha pasado de los libros lo hubieras evitado posiblemente. Pero es tarea tuya plantear el tema turnos y no ceder tu espacio constantemente, luego ya ves lo que pasa...Que hoy han sido papeles pero otro día vete tú a saber...
LUIS: -Visto así, te doy la razón, pero no sé si podré, es cosa de años y años y eso crea escuela.
MANUEL: -Poco a poco, ya sé que no se cambia de un día para otro, pero lo lograrás, estoy convencido. Tú piensa que con buenas intenciones no es suficiente y que muchas veces se es más justo con un “no” a tiempo que con un “sí”, con los demás y sobre todo contigo mismo.

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