sábado, 7 de enero de 2012

The Artist: Miedo al fracaso


Me ha encantado The Artist, he salido enamorada de la música, de la fotografía, del guión, del protagonista…Transmite un montón de sensaciones siendo muda o precisamente al serlo. Me hizo reír, llorar, suspirar…
Ese gran Jean Dujardin haciendo de George Valentín y la expresiva Bérénice Bejo como Peppy Miller, hacen muy buen equipo y no olvidemos al perro que es también un personaje muy importante.
George Valentín está en lo más alto de su carrera en el cine mudo, es el número uno, todo el mundo lo adora y aclama. Pero la sociedad avanza y comienza el cine sonoro. Es curioso que George ni intenta hacer una prueba para adaptarse al futuro cinematográfico; que ya se está volviendo presente. Es muy comprensible ¿quién siendo el número uno y con toda la fama bien merecida, con un sitio en lo más alto, va a arriesgarse cuan novato a un posible fracaso? Lo que George quisiera es que el tiempo se detuviera y los artistas fuesen mudos para siempre.
Esto me recuerda lo difícil que llevan bastantes personas los cambios en la vida, no quieren avanzar pese a que todo lo de su alrededor lo hace, se quedan detenidos en su territorio conocido, lleno de seguridad, comodidad. Se desenvuelven en una vida con límites establecidos y que saben donde empieza y termina. Incluso quienes no es que tengan una vida maravillosa, pero al menos la controlan.
Otros son más atrevidos, se lanzan a piscinas que no saben ni siquiera si tienen agua, aunque suelen ser personas que no tienen nada que perder o bien muy seguras de sus posibilidades, optimistas por naturaleza, no se plantean que puedan irles mal las cosas.
El tema del orgullo está también muy bien tratado, los que no se dejan ayudar porque no soportan que los demás sientan compasión o lástima hacia ellos, porque se saben grandes y creen que pueden soportarlo todo aunque por dentro se estén muriendo de angustia, pero eso jamás lo expresarán porque incluso morir es preferible a demostrar la menor debilidad de carácter.
Me encantó el afecto y la empatía del mayordomo, de Peppy y del perro hacia George porque sin ellos el protagonista de esta película se hubiese hundido en la más honda miseria. El valor de la amistad, del cariño, las personas (y animales) fieles por naturaleza, que se olvidan de sí mismos por un buen rato y se dan cuenta que otro necesita un buen empujón para poder continuar adelante, que no se quedan en la frase sencilla y fácil de decir, sino en los hechos, que se “mojan”.
Lógicamente, cuan idealista incurable que soy, esto ha sido lo que más me ha gustado del film, ese “sin ti no es posible seguir, te espero”, el apoyo incondicional capaz de resucitar a un muerto. Cierro los ojos y recuerdo cosas importantes en mi vida y los gestos de amor incondicional son sin duda de lo que primero me viene a la memoria porque calaron hondo, dejándome un imborrable recuerdo.

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