martes, 10 de enero de 2012

Regateando sin fin



Luis: Me fastidia muchísimo el tema de las compañías de móviles, hay que estar regateando como en un mercadillo para conseguir una buena oferta y eso no me gusta nada de nada.
Pascual: Yo antes me daba mal como tú, pero ahora lo tengo bien claro “no me caso con nadie”. Me quedo con el que más me da y cuando otro le supera me borro del primero y adiós muy buenas.
Luis: Pero es que esa no es mi forma de ser, no me gusta hacer así las cosas, soy fiel por naturaleza.
Pascual: ¿Y crees que a mí sí? Eso sí, yo ahora soy super infiel porque no me dejan ser de otra forma. Mi primer desengaño fue con Moviline, llevaba 15 años con ellos y mientras a los usuarios nuevos les hacían unas ofertas increíbles conmigo fueron muy duros; cuando les llamé para pedir que me igualasen con los recién llegados me negaron hasta bajarme la cuota un mísero euro…Aquello fue el “no va más”, me cabreé y les mandé a hacer puñetas y desde entonces he descubierto que cuanto más exiges, más amenazas con que te cambias de compañía y más te ven en plan “este me monta el pollo", más regalitos obtengo.
Luis: Me parece muy fuerte, es que no consigo aceptarlo, debería haber una regulación sobre los derechos del cliente y que las compañías la cumpliesen.
Pascual: Pero eso es pura utopía, La política es el “vale todo”, pues lógicamente para nosotros los usuarios también todo vale.
Luis: A veces pienso que lo que antes era ser una persona normal, ahora equivale a ser tonto. Estoy bastante confundido porque no sé ser de otra forma.
Pascual: Pues vete espabilando chaval que aún te queda mucho por ver.
Luis: No me digas eso que me deprimo, me niego a formar parte de esto.
Pascual: Pero es la realidad, no puedes vivir fuera del mundo, es lo que hay.
Luis: Al menos que no me quiten la satisfacción de poner quejas, reclamaciones y escribir cartas a los periódicos. Yo creo que siempre existe el derecho al pataleo.
Pascual: Mientras tengas ganas, fuerzas y si aún tienes esperanza ¿por qué no? Yo es que ya paso de todo, luchar tanto en tantos ámbitos es muy cansado, me pliego y punto, no doy para más.
Luis: Te entiendo, te respeto.
Pascual: Y yo te admiro porque pese a todo lo que hay no tiras la toalla.

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