lunes, 14 de junio de 2010

El Retrato de Dorian Gray

Desde mi punto de vista "El Retrato de Dorian Gray" es un tratado de Oscar Wilde sobre la moralidad o más bien sobre la falsa moral.
Existen unas reglas morales a las que debemos ajustar nuestras conductas para ser aceptados en sociedad, pero ¿Qué ocurre cuando la moralidad imperante, como en la época victoriana, es en exceso puritana? Pues que si la cumples a rajatabla acabas mutilando una parte de ti mismo, que no es tan “buena” como debiera.
Pero ¿Qué pasaría si en un acto de honestidad, para con los demás y para con nosotros mismos, dejásemos salir sin medir las consecuencias, ese Mr. Hyde que todos llevamos dentro en mayor o menor medida, esa parte oscura que está simbolizada por el personaje de Dorian, que se pasa al extremo contrario y se comporta de un modo absolutamente inmoral?
Que en este caso a quien se dañaría, tarde o temprano, sería a los de alrededor.

Está claro, por tanto, que ni la total represión ni hacer absolutamente todo lo que nos apetece es bueno, porque con el exceso de lo primero se acaba agrediendo uno a sí mismo al imponerse demasiadas normas ajenas a la totalidad de lo que somos y sentimos y el exceso de lo segundo casi siempre tropieza con algún ser inocente al que se hace daño voluntaria o involuntariamente, como en “El retrato de Dorian Gray” por ej.a la actriz Sybil Vane, entre otros.
Por lo tanto la solución encontrada en la mayoría de las personas de aquella época fue la hipocresía o falsa moral: Puesto que el deseo es indiscutible, pero también la necesidad de formar parte de la sociedad, se mantiene el rol social y cuando nadie mira, ahí cabe de todo. Esto es al menos lo que practica el personaje de Lord Henry Wotton, pero no transmite correctamente a su obediente pupilo Dorian.
Moraleja: Si una mente tan lúcida como la de Henry juega a dos bandas por algo será y Dorian debería haber observado, no sólo escuchado, a Lord Henry, para sacar sus propias conclusiones. Es muy peligroso seguir las teorías de nadie a ciegas.

Menos mal que los tiempos han cambiado desde entonces y ahora la moral que rige es muchísimo más permisiva. Pero aún así todavía sigue siendo éste, en mi humilde opinión, un tema tremendamente complicado.

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