viernes, 16 de septiembre de 2011

El árbol de la vida: En busca de lo divino


La película de Terence Malick El árbol de la vida ha sido una extraña experiencia visual.
Aficionada como soy a la serie Fringe, me ha parecido como si me conectasen a una máquina y pudiera introducirme no ya en la mente sino en el alma de Malick, esa ha sido mi sensación.
Me han gustado mucho unas frase de la narradora al principio del film, que en mi opinión es la introducción y a la vez el resumen de lo que viene a continuación: “Hay dos caminos que puedes seguir en la vida: El de la naturaleza y el de lo divino. Debes elegir cual vas a seguir. El camino de lo divino no teme el desagrado ni huye de los sacrificios, mientras que el camino de la naturaleza tiende a la autocomplacencia y a la autoafirmación sobre los demás”.
El personaje principal Jack (de jovencito Hunter McCracken y de adulto Sean Penn) parece haberse movido toda su vida en el camino de la naturaleza, lo mismo que su padre; el Sr. O’Brien (Brad Pitt). En ese camino casi se entra sin llamar si empiezas a mirar lo injusta que es la vida, saber que has venido a un mundo donde te pueden arrebatar todo en cualquier momento, que no controlas realmente nada, que encima existe la muerte, que otros tienen mucho más que tú, que hay odio, violencia, deformidad…Son tantas las razones para odiar este mundo, para llenarte de ira y frustración y comenzar a hacer daño a los de tu alrededor casi sin darte cuenta, porque estás invadido por una mezcla de asco, desasosiego y dolor.
En cambio ahí tenemos a esa madre, magnífica Sra. O’Brien (Jessica Chastain) o a ese hermano mediano rubio al que Jack le hace daño pero no le devuelve el golpe, que parece estar lleno de una extraña alegría, que es bueno (al menos de momento no maleado), creativo y valiente.
Me ha llamado la atención la frase del narrador recordando que "de los buenos se suelen aprovechar los demás", porque el director no edulcora la trama, muestra el mundo tal cual es, donde los mal llamados fuertes (que es lo que el padre intenta enseñar a sus hijos; a ser fuertes, con bastante razón pues nos acaba de explicar lo que les pasa a los bondadosos) suelen descargar su ira en los mal llamados débiles, sin darse cuenta que “si no sabes amar tu vida pasará como un destello”.
Lo que más me ha gustado es que es muy esperanzadora, que te dice que puedes cambiar de camino en cualquier momento, que no va buscando culpables pues habría que retroceder incluso al tiempo de los dinosaurios para encontrarlos, pues esto viene de siempre, las raíces del árbol se remontan al origen de la creación. Los verdaderos culpables somos tantos seres humanos que no sabemos vivir centrados en las cosas que realmente merecen la pena en esta vida que dura tan poco y a los que nos han enseñado a defendernos, a sobrevivir más que a vivir.
No me cabe la menor duda de que Malick tiene razón, por eso me ha encantado el final: Son solo los momentos de amor y los seres que hemos amado los que dan sentido a este caos, el odio no nos hace más fuertes sino que conduce irremediablemente a nuestro propio vacío y sufrimiento.
El argumento principal de
El árbol de la vida
, desde mi punto de vista, es la búsqueda de lo divino, entendiendo lo divino como sinónimo de amor. Amar no es un síntoma de debilidad o de ingenuidad, como piensa la mayoría, sino muy al contrario, de valor y fortaleza ¡cualquiera se atreve a amar tal y como se ven desde fuera las cosas! Pero a veces desgracias personales son las que hacen que cambiemos la forma de mirar el mundo y variemos el rumbo, como ocurre en la película al perder Jack a su hermano (que según he leído es una experiencia autobiográfica del director).

Para terminar, me viene a la memoria un proverbio sufí bastante conocido que recuerda a la voz en off del principio de la película: "Cuando debas elegir entre varios caminos, elige siempre el camino del corazón. Quien elige el camino del corazón, no se equivoca nunca".
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