jueves, 22 de septiembre de 2011

Truth About Men

La película danesa Sandheden om mænd (Truth About Men) del año 2010 ha caído en mis manos por casualidad y me ha parecido bastante interesante.
Trata de un chico que supera la treintena llamado Mads (Thure Lindhardt). Mads tiene un trabajo que no es vocacional pero le da para vivir bien como guionista de series B, comparte su vida con una chica medianamente guapa, dulce, simpática, que le quiere (único defecto visible así a priori es que quiere tener hijos, cosa con la que Mads no está muy entusiasmado) pero que no es ni de lejos el amor de su vida, una vida en resumen acomodada y como la que lleva bastante gente.
Pero un día lee una carta que escribió con 17 años sobre cómo iba a ser su futuro y le da por sacar ese Peter Pan que aún lleva dentro y pensar que, como el personaje que él mismo ideó para la película animada “Viaje a Zekaya” que tuvo cierto éxito en su pasado, su vida puede ser mucho más plena, emocionante y que no debe conformarse con la que tiene puesto que en su día a día no hay pasión, ni aventura, sólo pura rutina, hay que ir en busca de Zekaya (no sabiendo no ya si alcanzará dicho lugar si no ni siquiera si existe).
Dicho y hecho rompe con su pareja y se va en busca de una chica del pasado que le dio un beso y que él recuerda como una de las cosas más auténticas y que más feliz le han hecho en su vida. Pero descubre que la mujer que tiene delante no es la misma que él llevaba en la mente puesto que las personas normalmente cambian por dentro y por fuera.
Luego conoce a una joven alocada con la que acaba compartiendo piso y parece que a esta sí la ama apasionadamente, pero ella se cansa de él pronto y lo deja en la estacada, lo que le sume en una profunda depresión que le hace replantearse si hizo bien dejando a su primera novia con la que no era para tirar cohetes pero al menos estaba acompañado y tenía una vida mucho mejor de la que le dio por idealizar. Se da cuenta que le ha pasado precisamente como al protagonista de aquella película de dibujos que él imaginó: que no existe Zekaya, que era una utopía.
Mi opinión es que Mads tiene bastante cara, aunque hay gente que tiene más, si no estaba realmente enamorado de su novia que hubiese hecho como sus amigos y siguiera soltero y buscando, pero es que él era del “club de los listos” puesto que es mucho más cómodo vivir en pareja y estar acompañado. Creo que si no quieres a una persona dejar pasar tantos años haciéndola creer que la amas (escena de la fiesta donde dice claramente lo contrario de lo que piensa) no es signo de responsabilidad y de pensar en el otro, pues pobre muchacha que creía que tenía al lado alguien que la amaba, la tenía totalmente engañada y ella pensando hasta en formar familia.
Y cuando digo que hay gente que tiene más cara que el protagonista, me refiero a que él al menos intenta aprender a vivir independiente, sin pareja, aunque sea a su edad, porque no es consciente de algo que su madre le recuerda y es que nunca ha sabido estar solo y que por eso siempre ha tenido novia, aunque no estuviese muy entusiasmado por ella. En cambio hay muchas personas que son perfectamente conscientes de que la vida en compañía es mucho mejor y sin querer al que tienen al lado llevan en mente la idea de que si encuentran algo mejor lo cambian, sin pensar para nada en que el otro te puede querer con todo su alma y que eso es muy cruel. A lo mejor es que dan por hecho que nadie quiere con todo su alma y que la gente simplemente se utiliza mutuamente, pero hay de todo en esta vida y yo creo que ir por ahí haciendo daño gratuito no es de recibo, cada uno que vaya con sus iguales, o sea los que utilizan con idem.
Otra cosa es las parejas a las que se les acaba el amor por alguna o ambas partes, entonces lógicamente no vas a andar con alguien por pena, pero no es el caso que nos ocupa.
Por cierto que el tal Mads se aburre con su novia y para mí que tampoco es consciente del pedazo muermo que está hecho, cosa que me ha resultado curiosa, porque si quieres una vida animada empieza tú por tener más garbo y vidilla ¿Qué ocurre que todo en la vida es recibir, recibir y uno ahí sentado con cara de asco esperando que el personal te haga vibrar?
No me extraña que la chavalica de 19 años en cuanto vio el percal saliera espavorida.

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